Petroglifos de las cuevas de ayasta

Las Cuevas de Ayasta, un destino fascinante, se sitúan en el municipio de Santa Ana, perteneciente al departamento de Francisco Morazán. Este increíble complejo cavernario está compuesto por cuatro grutas encastradas en las paredes rocosas, las cuales albergan una rica variedad de petroglifos. La historia de estas cuevas revela que la asombrosa colección de arte rupestre fue creada por los antiguos Lencas o protolencas.

 

Introducción

Los creadores de los dibujos que representan la figura chamánica en la Cueva de Ayasta, también conocida como "la Cueva del Chamán", son desconocidos. Entre los distintos dibujos presentes en la cueva, se pueden apreciar figuras humanoides y geométricas que datan de épocas prehistóricas.

En estas representaciones antiguas, se pueden observar imágenes antropomorfas que parecen ser intentos de plasmar las visiones experimentadas por aquellos que presenciaron algo por primera vez.

Además, en la cueva se encuentran dibujos de animales y formas geométricas que representan la fauna y el entorno de aquellos tiempos remotos, brindando así un vistazo a la vida que existía miles de años atrás.

El cañón se presenta como un estrecho pasaje ubicado entre dos cerros de roca caliza. A lo largo de sus laderas, se pueden observar aproximadamente cuatro o cinco cavidades en la piedra. Aunque estas oquedades no cumplen estrictamente con las características técnicas de una cueva o caverna en términos de profundidad y extensión, son lo suficientemente amplias como para albergar a un grupo de personas, alrededor de una docena.

Los abrigos rocosos de Ayasta desempeñaron un papel importante al proporcionar refugio contra la lluvia, el viento y el frío tanto a sus ocupantes originales como a aquellos que les sucedieron a lo largo de los siglos, tanto antes como después de la llegada de los españoles.

Arte rupestre

Estas cuevas se componen de cuatro abrigos rocosos, tres de los cuales forman un conjunto, mientras que el cuarto se encuentra separado de los otros tres y se conoce como la cueva del Chamán.

En este lugar se puede apreciar una gran cantidad de arte rupestre, petroglifos y elementos de pictografía. La figura antropomorfa es predominante y presenta una amplia variedad de representaciones de la figura humana, con ciertos rasgos repetitivos en su estructura. Los lencas, quienes eran los ejecutores de este arte parietal, en ocasiones representaron la figura chamánica incorporando atributos característicos en los grabados.

El chamán era el líder de la tribu y su cueva se encontraba a pocos metros de la población principal, donde se retiraba para consultar a los dioses y dirigir al pueblo. Durante varios días, se encerraba consumiendo chicha y leche de sapo, utilizando este líquido como un alucinógeno.

El terreno de este sitio ha sido estudiado como parte del Proyecto de Arte Rupestre (Parup) por el Instituto Hondureño de Antropología e Historia (IHAH), financiado tanto por fondos propios como por el Fondo de los Embajadores para la Preservación Cultural de la Embajada de los Estados Unidos de América.