Catedral de la Inmaculada Concepción (Comayagua)
La Catedral de la Inmaculada Concepción, también conocida como la Catedral de Comayagua, se erige majestuosamente en la ciudad homónima de Honduras, desempeñando el papel de catedral para la Diócesis de Comayagua. Este venerable templo, cuyos cimientos se remontan a la época colonial de Nueva España, figura entre los más antiguos de todo el continente americano.
Indice de Contenido
Introducción
Su construcción se inició en 1563, culminando su última fase el 8 de diciembre de 1711 y siendo finalmente bendecida en 1715. Aunque ostenta el título de la iglesia más antigua aún en pie en Honduras, la Iglesia de la Merced, construida en 1550 y ubicada a unas cuadras de la Catedral, reclama el mérito de ser la más antigua. A lo largo de los años, la Catedral ha experimentado diversas modificaciones, tanto durante como después de su edificación.
A pesar de sus más de 400 años de existencia, la Catedral de Comayagua enfrenta un desafío significativo: la escasez de documentos históricos que detallen el proceso de construcción a lo largo del tiempo, careciendo incluso de planos y dibujos de sus diferentes etapas.
Esta limitación ha generado dificultades para comprender la evolución histórica del edificio. A pesar de ello, diversas investigaciones, respaldadas por la Arqueología Histórica, han proporcionado valiosas revelaciones sobre la historia de la catedral, así como sobre las múltiples transformaciones y reconstrucciones que ha experimentado a lo largo de los siglos. Finalmente, se ha logrado identificar que la Catedral ha atravesado tres fases constructivas, la primera de las cuales se inició en el siglo XVI, culminando la última a principios del siglo XVIII.
Historia
Hacia mediados del siglo XVI, la villa de Santa María de la Concepción de Comayagua ya albergaba una población considerable, resultado de las migraciones de colonos españoles e indígenas que se establecían en la región. A pesar de ello, carecía de un templo de gran envergadura, ya que la única catedral existente en la ciudad era la Iglesia de la Merced. En respuesta a esta necesidad, en 1563 se emprendió la construcción de un templo más amplio con la intención de fungir como segunda catedral de la villa.
Según los registros históricos del profesor Mario Felipe Martínez, la Primera Catedral sufrió daños alrededor de 1610 debido a las inclemencias del clima, lo que llevó a las autoridades a aprobar la reconstrucción a partir de 1611. La supervisión de esta nueva fase estuvo a cargo del obispo español Alonso Vargas y Abarca, continuada por el obispo fray Juan Pérez Carpintero y finalizada por el obispo fray Antonio López de Guadalupe. La segunda fase de construcción se extendió de 1611 a 1634, y durante este periodo, numerosas piezas, incluyendo retablos provenientes de la ciudad de Jaén, España, fueron incorporadas al templo, muchos de los cuales perduran hasta el día de hoy.
En el siglo XVIII, se inició la última etapa constructiva de la Catedral. En 1703, el obispo informó al rey Felipe V sobre los indicios de deterioro en la estructura de la segunda fase, destacando la necesidad de una remodelación debido al mal estado de las paredes. Así, en 1705, comenzó la tercera fase, durante la cual se modificó la fachada para adoptar la forma actual y se completaron los detalles finales que reconocemos hoy en día. La catedral fue finalmente bendecida en 1715.
Según el Instituto Hondureño de Antropología e Historia (IHAH), alrededor de 18 pueblos indígenas y diversos albañiles participaron en la construcción del monumento católico. De acuerdo con el historiador Mario Felipe Martínez, la historia de la traza y el diseño que presenta la Catedral de Comayagua actualmente revela un extenso proceso de construcciones y reconstrucciones que se remonta a mediados del siglo XVI. Para el siglo XVIII, la catedral se erigía como el edificio más grande de la provincia de Honduras.
En el siglo XIX, la Catedral de Comayagua fue testigo de eventos significativos. El 30 de diciembre de 1825, sirvió como escenario para la boda del general Francisco Morazán. Sin embargo, el 4 de abril de 1827, durante la guerra civil centroamericana, Comayagua sufrió un devastador incendio y saqueo, principalmente a manos de José Nicolás Irías Midence, con el respaldo del Presidente de la República, General Manuel José Arce, quienes pertenecían al bando conservador de la República Federal Centroamericana. Este violento episodio resultó en daños y saqueos a la catedral por parte del ejército de Midence, afectando incluso las piezas de su interior.
En la segunda mitad del siglo XIX, el cargo de obispo fue ocupado por Monseñor Juan Felipe Zepeda. Durante su mandato, destinó 100,000 pesos mensuales de los diezmos de la Santa Catedral para los músicos. Además, al recibir una herencia de su padre, residente en Olancho, el Monseñor invirtió parte de dicha herencia en mejorar la catedral. Una porción adicional fue entregada a los menos afortunados, y con el remanente, se celebró un contrato con la Casa Clamer de Londres para la construcción de un órgano, el cual fue posteriormente donado a la catedral.
Arquitectura
Interior
La Catedral de Comayagua presenta una estructura de planta de cruz latina, compuesta por tres naves con bóveda de cañón y cinco tramos. El presbiterio se destaca por estar cubierto con tres cúpulas semiesféricas. Además, cuenta con un anexo que alberga la capilla del Santísimo. En el altar mayor, se exhiben tres retablos de madera dorada, destacando la imagen de la Inmaculada Concepción tallada en 1620 por el escultor jienense Francisco de Ocampo, regalo del rey Felipe III de España a la ciudad.
Aunque se cree que la catedral originalmente albergaba 16 retablos o altares, en la actualidad solo conserva cuatro altares mayores, adornados con finos acabados de madera tallada y láminas de oro. Otros altares exhiben hermosas pinturas y bellas imágenes. Las ocho imágenes distribuidas en el templo también fueron donadas por Felipe III de España, al igual que el crucifijo realizado por el escultor Ocampo en 1620. Estos retablos han requerido restauraciones periódicas debido al desgaste por el paso del tiempo, implicando considerables inversiones en su preservación.
El púlpito, construido en la misma época que los retablos, presenta un estilo barroco español. Las lámparas actuales en el interior de la catedral son réplicas exactas de las originales de plata, trasladadas y exhibidas en el Museo de Arte Colonial de Comayagua, que antes fue el Colegio Tridentino de Comayagua o también conocido como palacio episcopal.
El órgano, que llegó a la ciudad el 7 de diciembre de 1887 y se estrenó en la catedral, ha dejado de utilizarse con frecuencia en las misas, salvo en ocasiones especiales como Semana Santa, Navidad o bodas.
Durante los trabajos de restauración, se descubrieron los restos del antiguo coro de la catedral, construido en el siglo XVIII y demolido en la década de los años 30 del siglo XX. La excavación reveló la entrada del coro frente al Altar Mayor, con una forma trilobada en sus gradas similar a las del Presbiterio.
En el interior de la catedral también reposan las tumbas de antiguos obispos y figuras políticas de Honduras, destacando la tumba de Jesús María Medina, hijo del Capitán General José María Medina, quien fue el primer presidente de Honduras como República y ejerció el cargo en siete ocasiones.
Exterior
La fachada exterior de la Catedral de Comayagua presenta una fusión de estilos renacentista y barroco, adoptando la forma de un retablo con tres calles, siendo la central más ancha que alberga la puerta de entrada de arco de medio punto. Columnas adosadas dividen verticalmente las calles, mientras que cornisas horizontales forman cuatro pisos. En las hornacinas de esta fachada, se encuentran las imágenes de cuatro doctores de la Iglesia en las calles laterales. En la calle central del tercer piso, se destacan las estatuas de la Virgen María, acompañada por San Juan Bautista y San José a sus lados. En el cuarto piso, en el centro, se erige la figura de Cristo bendiciendo.
El jardín en el lado izquierdo experimentó varias modificaciones durante y después de la construcción. Originalmente, este espacio funcionaba como el cementerio de la catedral, destinado a las sepulturas de funcionarios religiosos como obispos. Sin embargo, en el siglo XIX, se cerró debido a una ley emitida en marzo de 1843 que prohibía entierros en los patios de las iglesias. Durante la restauración, se descubrió una sucesión de tres jardines que elevaron el nivel del patio, cubriendo aproximadamente el 25% de los portales.
En el lado izquierdo de la fachada principal, se destaca la torre campanario de cuatro pisos, siendo el último donde se ubican las ocho campanas. Posterior a la construcción de la fachada, esta torre se corona con una cúpula de cerámica vidriada en colores. En el lado izquierdo, se accede al patio lateral a través de un portón restaurado a principios de la década de 2000.
Reloj
La torre de la catedral alberga el reloj más antiguo de América, cuya construcción se remonta alrededor del año 1100 durante el periodo del Imperio Almorávide en España. Este reloj, originalmente creado por los árabes, estaba en funcionamiento en el palacio árabe de la Alhambra de Granada en España antes de ser transferido a las Américas. Por decreto del rey Felipe III de España, fue trasladado a la región de Hibueras (actual Honduras) de la Nueva España, donde comenzó a operar como el reloj de la ciudad.
El mecanismo del reloj se basa en engranajes, cuerdas, pesas y un péndulo, y muestra la hora en un dial ubicado en la fachada de la iglesia. Interesantemente, el número 4 en números romanos se representa como IIII en lugar de IV. En el año 2007, el reloj fue sometido a un proceso de restauración, llevado a cabo por el maestro relojero Rodolfo Antonio Cerón Martínez de Guatemala, bajo la supervisión de la Alcaldía Municipal, el Congreso Nacional y el Instituto Hondureño de Antropología e Historia. Después de cinco meses de arduo trabajo, la restauración se completó el 20 de diciembre de 2007.
Existe un debate sobre si este reloj es el más antiguo del planeta, ya que compite con otro encontrado en Inglaterra que también reclama ser el más antiguo. Sin embargo, el reloj de Comayagua está construido sobre la base de hierro forjado, una técnica más antigua que el hierro fundido utilizado en el reloj inglés. Por lo tanto, se argumenta que el reloj de Comayagua es, de hecho, el más antiguo.
Partes de la Catedral
Construcción de la Torre y el Reloj: La torre y el reloj de la Catedral de Comayagua fueron erigidos muchos años antes que la fachada principal. Según un informe del Obispo Juan Merlo de la Fuente, la orden de construir la torre para el reloj data del año 1655. La torre consta de cuatro cuerpos coronados por una cúpula esférica recubierta de ladrillos de cerámica vidriada en colores verdes y amarillos. Originalmente, tenía dos cuerpos de campanas, y en el tercer cuerpo se aloja la maquinaria del reloj, con la carátula ubicada en el exterior.
Este reloj, considerado uno de los más antiguos en funcionamiento en América, es de origen árabe y llegó a la ciudad como botín de guerra en 1492 durante la toma de Granada, España. Fue regalado al obispo de Comayagua, Fray Jerónimo de Corella, por el duque de Consentaina, quien había sido nombrado obispo. La cúpula original del reloj se exhibe en el Museo de Arqueología.
Campanas de la Torre: En el cuarto cuerpo de la torre, se encuentran ocho campanas, aunque originalmente la torre albergaba 16 campanas. Estas campanas, tocadas por don Salomón Chevez Flores durante más de 40 años, junto con el reloj, marcan los cuartos de hora y la hora con sonidos distintos.
Segundo Cuerpo de la Catedral: Este cuerpo, dividido por una calle central y dos laterales, presenta estatuas de San Gregorio y San Ambrosio en las calles laterales, completando así a los cuatro doctores de la Iglesia Católica. La decoración incluye 18 rosetones como homenaje a los 18 pueblos indígenas que contribuyeron a la construcción de la fachada.
Tercer Cuerpo de la Catedral: Separado del segundo y del remate por cornisas horizontales, este cuerpo contiene tres nichos con las imágenes de María, San Juan y San José. La decoración incluye lunas, estrellas, soles y relieves de argamasa.
Remate de la Catedral: En el remate, hay una calle central adornada con un nicho que representa a Jesús bendiciendo la ciudad, flanqueado por óvalos con palmeras. La cornisa del remate está decorada con cinco jarrones con frutas del valle.
Bóvedas y Cúpulas del Exterior: La catedral tiene tres naves con bóvedas de cañón y cúpulas esféricas, destacando la cúpula mayor construida sobre un tambor octagonal. La cúpula mayor está revestida de ladrillos de cerámica vidriada en colores verdes y amarillos.
Puerta Lateral: Compuesta por dos cuerpos, esta puerta está decorada con columnas salomónicas y fruteros en los capiteles. El segundo cuerpo alberga una de las cinco ventanas que iluminan el interior de la catedral.
Cuerpo Interior: La catedral tiene una planta de cruz latina con tres naves, bóvedas de cañón corrido y cúpulas esféricas coronadas por una cúpula central más amplia y alta. Diez ventanas laterales proporcionan luz al interior.
Púlpito: De estilo barroco salomónico, el púlpito, construido en la misma época que los retablos, presenta talla dorada, destacándose por su escalera que representa ramazones.
Cúpula Central: La cúpula central, construida sobre un tambor octagonal, está rodeada por una baranda artística con remates típicos. Su intradós conserva parte de su antigua yesería, y fue erigida por el Obispo Pérez Carpintero entre 1704 y 1708.
Actualidad
A principios de los 2000, se descubrió que a lo largo de los siglos se realizaron sepulturas dentro del templo de la Catedral de Comayagua. Según el investigador e historiador local Tirso Zapata, entre los difuntos que reposan en el interior de la catedral se encuentran los obispos Don Juan Merlo de la Fuente y Fray Gaspar de Andrade.
En la década de 1960, los cuerpos de estos obispos, que mostraban signos de incorruptibilidad cadavérica, estaban expuestos al público en urnas de cristal. Sin embargo, en 1963, el fallecido Monseñor Bernandino Mozzarella ordenó ocultarlas para protegerlas de posibles daños, y desde entonces no han vuelto a ser exhibidas.
La estructura de la catedral está compuesta por paredes de ladrillo y adobe, con un techo de teja que incluye artesonado y cerámica. Dispone de 10 ventanas que iluminan su interior y cuenta con cinco cuerpos divididos por diez pilastras cruciformes que forman arcos formeros.
Dedicada a Santa María, madre de Jesús, la catedral se erigió en la Plaza Central de la ciudad. A principios del siglo actual, experimentó una restauración completa como parte del proyecto de rehabilitación del centro histórico de la ciudad, dirigido por el IHAH y con la colaboración de la Agencia de Cooperación Española.
En la actualidad, la catedral sigue siendo un punto de encuentro significativo para los habitantes de Comayagua y uno de los sitios históricos más apreciados, junto con otras iglesias coloniales como las de la Merced, San Francisco, San Sebastián y la Caridad.