Provincias Unidas de Centro De América
Tras la emancipación de Centroamérica de España en 1821 y de México en 1823, Honduras se unió a la federación de las Provincias Unidas del Centro de América. Bajo el liderazgo de Francisco Morazán, las fuerzas liberales prevalecieron en la guerra civil entre 1827 y 1829 contra Guatemala, y Morazán ocupó la presidencia de la federación durante la última década de su existencia.
En 1838, dos años antes de su colapso en 1840, Honduras declaró su autonomía; sin embargo, sus vecinos más poderosos, especialmente Guatemala, mantuvieron una fuerte influencia en la política hondureña hasta principios del siglo XX. Desde 1840 hasta mediados de la década de 1870, la República estuvo bajo el gobierno de conservadores notables como Francisco Ferrera, Juan Lindo y Santos Guardiola.
Las Provincias Unidas del Centro de América, o Estados Federados del Centro de América, existieron desde el 1 de julio de 1823 hasta el 22 de noviembre de 1824, cuando cambiaron su nombre a República Federal de Centro América. La capital inicial fue la ciudad de Guatemala, hasta 1834; luego Sonsonate por un breve período, y finalmente San Salvador, de 1834 a 1839. Los poderes fundamentales residían en la cámara de diputados, elegida según el principio de representación proporcional.
El presidente, encargado del ejecutivo, recibía apoyo de un senado compuesto por dos representantes de cada estado. El congreso estaba dominado por delegados guatemaltecos siguiendo el principio de representación proporcional.
La nueva nación se enfrentaba a la difícil tarea de superar la carga colonial de 319 años de dominio hispano, una herencia que no podía eliminarse con la simple firma de un acta o decreto. Las elecciones federales y estatales se llevaron a cabo en 1824, y para entonces, los centroamericanos estaban divididos en dos facciones políticas: liberales y conservadores. En la primera elección presidencial centroamericana, Manuel José Arce de El Salvador y José Cecilio del Valle de Honduras fueron los candidatos. Los liberales respaldaron a Arce, mientras que los conservadores apoyaron a Valle. Aunque Valle obtuvo 41 votos frente a los 34 de Arce, el congreso determinó que no alcanzó la mayoría necesaria y le correspondía al congreso designar al ganador.
En la práctica, la federación enfrentó diversos problemas:
- Conservadores, representantes de la Iglesia Católica y grandes terratenientes se oponían al proyecto federal.
- El transporte y las comunicaciones entre los Estados miembros eran extremadamente deficientes.
- La población desconocía los beneficios de la integración regional.
- El poder de la capital federal (Ciudad de Guatemala) era prácticamente inexistente fuera de sus límites.
- La falta de fondos para el desarrollo y la intervención de naciones extranjeras complicaron aún más la situación.
Los intentos de integración en Centroamérica no eran nuevos, ya que en los siglos XIX y XX se apelaba a la idea de una identidad regional. Razones históricas y geográficas indicaban la necesidad de los centroamericanos de recuperar la unidad, a pesar de las visiones divergentes sobre la región y su identidad.