Fortaleza de San Fernando de Omoa
La Fortaleza San Fernando de Omoa, construida durante la segunda mitad del siglo XVIII, se destaca como una edificación colonial crucial para salvaguardar el comercio español. Desde el punto de vista arquitectónico, la Fortaleza de Omoa se distingue por su enfoque innovador en el diseño militar. En lugar de optar por el tradicional castillo de cuatro baluartes, reconocido por su estratégica excelencia, se adoptó un diseño triangular, controvertido, pero con claras ventajas económicas.
Indice de Contenido
Introducción
El reconocimiento de la importancia histórica y antropológica de la Fortaleza de San Fernando de Omoa llevó a su declaración como Monumento Nacional, mediante el Acuerdo Ejecutivo No. 170 del 20 de marzo de 1987. Esta designación abarca no solo las construcciones coloniales de La Loma, la Casa de la Comandancia, el Recinto El Real, el Cementerio de la Fortaleza y los Hornos de Milla Tres, sino también el entorno natural circundante, que incluye la Laguna de Centeno y todos los manglares.
El recinto cuenta con 31 amplias bóvedas en forma de arco, que están distribuidas para diferentes propósitos. Una de ellas fue destinada a la capilla del fuerte, mientras que las demás albergaban las cocinas, las oficinas administrativas, el polvorín, el almacén de víveres y el armero.
En la terraza del fuerte se encontraban estratégicamente ubicados los cañones. Las paredes de la fortaleza adoptan una forma semicircular o de arco y flecha, diseñadas de manera redondeada para resistir el impacto de las olas del mar. Las casas de guardia, situadas en la parte superior, presentan un estilo barroco en su diseño. Junto a la fortaleza, se encuentra un área que anteriormente albergaba viviendas, pero que tuvieron que ser demolidas debido a la necesidad de obtener materiales de construcción.
Cabe destacar que, en el momento de su construcción, la fortaleza se ubicaba a escasos metros del mar. Sin embargo, en la actualidad, se puede observar que la costa ha ganado más playa, separando considerablemente el castillo del mar. Durante su apogeo, este bastión fue objeto de tres ataques piratas.
Historia
En 1536, Omoa era un pueblo de indios que fue repartido por Pedro de Alvarado a Luis del Puerto. Sin embargo, a finales del siglo XVI, quedó completamente despoblado. En 1752, se refundó bajo el nombre de Omoa con el propósito de construir una fortaleza y establecer un puerto seguro de piratas y corsarios en la costa norte de Honduras.
El ingeniero español Luis Diez Navarro fue encargado de esta tarea. La Fortaleza de San Fernando de Omoa se ha convertido en el lugar histórico más reconocido de Omoa y posiblemente en la estructura de defensa colonial más importante de toda Centroamérica.
En 1759, el rey Fernando VI de España autorizó la construcción del fuerte y en 1768, Luis Díez Navarro elaboró los planos de la Fortaleza de Omoa, mostrando los cimientos de la fortificación de San Fernando y el puerto. Omoa reemplazó al Puerto de Golfo Dulce al convertirse en un bastión defendible y poderoso para la Corona española.
La construcción de la fortaleza se completó en 1775 con la participación de indígenas y algunos esclavos africanos, quienes utilizaron principalmente piedras y coral para hacer las paredes resistentes. Algunas de las bóvedas tenían barrotes gruesos debido a su uso como prisión en el pasado.
Durante la época española, Omoa fue uno de los puertos más importantes en la costa atlántica de Centroamérica, junto con Trujillo, Veracruz, Campeche y Portobello. Su función era proteger el botín de plata y los pueblos costeros de los constantes ataques de piratas y corsarios que buscaban apoderarse de las riquezas que se enviaban desde América a España.
Poco después de su finalización, en noviembre de 1779, los ingleses se apoderaron de la Fortaleza de San Fernando en la bahía de Honduras. Sin embargo, Matías de Gálvez, Capitán General de Guatemala, lideró una campaña para reconquistar la fortaleza el 5 de enero de 1781, expulsando a los ingleses del río San Juan y del lago Cocibolca.
En noviembre de 1832, fuerzas mercenarias y guatemaltecas invadieron Omoa, capturando la Fortaleza de San Fernando y utilizándola como centro de operaciones. Sin embargo, el general Francisco Ferrera, como comandante en jefe de las fuerzas hondureñas, logró retomar los lugares capturados y ordenó el fusilamiento de los rebeldes.
En agosto de 1853, durante la guerra entre Guatemala y Honduras, las fuerzas invasoras guatemaltecas tomaron fácilmente la fortaleza. Sin embargo, el presidente general José Trinidad Cabañas envió tropas para recuperar el edificio militar.
El 3 de octubre de 1870, el presidente José María Medina ordenó la supresión de las insalubres bóvedas del castillo español de San Fernando de Omoa como prisión por motivos humanitarios. Muchos hondureños y extranjeros perdieron la vida en estas cárceles durante las guerras.
San Fernando de Omoa es el fuerte más grande de Centroamérica y el segundo más grande en toda América.
Turismo
Actualmente funciona como un museo, el cual es visitado por miles de turistas. La Fortaleza de San Fernando de Omoa, reconocida como el fuerte más imponente de Centroamérica y el segundo más grande de todo el continente americano, se sitúa en el departamento de Cortés.
Siendo, uno de los destinos más populares entre los turistas que visitan la región norte del país, cautivados por su rica historia y los misterios que encierra.
Con una extensión de 4.400 metros cuadrados, el escudo real de la corona española se encuentra notablemente preservado en la entrada. Omoa, en 1536, fue un poblado habitado por indígenas, otorgado por Pedro de Alvarado a Luis del Puerto, aunque a finales del siglo XVI quedó completamente deshabitado.
La Fortaleza de San Fernando de Omoa es posiblemente el sitio histórico más renombrado de la localidad, y quizás la estructura defensiva colonial más relevante en toda Centroamérica. En su interior, se pueden apreciar cañones de distintos tamaños, llegando el más grande a pesar entre 2.500, 4.000 y 6.000 libras. Los españoles utilizaron este armamento con el propósito de repeler a los invasores mediante poderosas bolas de cañón, capaces de hundir barcos y aniquilar a aquellos que intentaran ingresar por la fuerza.
En la actualidad, el Fuerte de San Fernando de Omoa constituye uno de los principales atractivos de la zona, siendo visitado por cientos de personas cada año. Es un tesoro que todos los hondureños debemos proteger y una visita obligada para aquellos que deseen conocerlo en profundidad.