Parque Cerro Juana Lainez

El destacado Cerro Juana Laínez, situado en las proximidades del centro de Tegucigalpa, se encuentra inmerso en la ejecución de diversas iniciativas ecológicas que sin duda captarán su interés. Asimismo, la infraestructura concebida con el propósito de transformar este sitio histórico en un punto de referencia ambiental y recreativo para la región, resulta igualmente atractiva. La variada y significativa vegetación del parque incluye 342 especies de plantas y árboles.

 

Origen del Nombre

El cerro lleva el nombre correcto de Juana Lainez, según documentos históricos que revelan que Juana Lainez fue una residente de la ciudad de Tegucigalpa, esposa de Sebastián Rodríguez, minero y acarreador de metales. Uno de los registros que respaldan esta afirmación es la presentación de un reclamo por deuda de Joseph Araujo en 1677. La tradición asignó el nombre del cerro a su propietaria, donde ella mantenía un terreno para la cría de ganado y siembras. Con el tiempo, la propiedad cambió de manos y en 1910, el Estado hondureño adquirió el cerro.

Parque Cerro Juana A Lainez

 

Todos los documentos oficiales, desde registros hasta actas municipales, acuerdos ejecutivos y decretos legislativos, excepto el Decreto 105-2000, han identificado este lugar como "Juana Lainez". Aunque en algunos informes de guerra se menciona como "Juana Laynez" o "Juana Laines", no existe un documento oficial que lleve el nombre de "Juan A. Lainez". Historiadores, poetas e investigadores han destacado que el nombre correcto es "Juana Lainez". A lo largo de los años, el apellido Lainez se ha escrito de diversas maneras, como "Laínez", "Laines" o "Laynez".

El historiador Inés Navarro, en su monografía sobre Comayagüela, fue el primero en explicar que el nombre "Juana Lainez" se atribuye a una tradición y no a una figura histórica. Nacido en 1874 en Comayagüela, Navarro fue testigo de las luchas en las faldas del cerro y conocía la tradición asociada al nombre Juana Lainez.

Antecedentes Históricos

Durante la Reforma Liberal, se contempló la posibilidad de establecer una fortificación militar en la cima del Cerro Juana Lainez. En diciembre de 1878, el gobierno de la república comisionó al ingeniero Casto Ruiz Amado, originario de Cuba, para llevar a cabo esta empresa. A pesar de que los trabajos no culminaron en la construcción de un fuerte propiamente dicho, una guarnición militar ocupó la zona durante muchos años, conocida como "Fuerte Juana Lainez".

En esa época, el abogado Jerónimo Zelaya ostentaba la mayor propiedad de tierras en el cerro. En 1898, se involucró en un conflicto con la municipalidad de Comayagüela debido a que Zelaya tenía cercado un área mayor de la autorizada por la Corporación Municipal.

La construcción de accesos a la cumbre del cerro se extendió a lo largo de varios años, comenzando en 1896 y aún no concluyendo en 1915. En 1910, el gobierno adquirió todos los derechos del doctor Pedro H. Bonilla sobre el cerro. En 1911, se realizó un inventario de los propietarios de tierras en Juana Lainez, siendo solo 8 las personas que presentaron documentos.

En 1915, el gobierno reconoció que el Dr. Antonio Abad Ramírez Fernández Fontecha vendió sus derechos sobre el cerro en 1898. Este documento evidencia que el gobierno de Honduras adquirió los derechos posesorios de Juana Lainez en ese año. De las adquisiciones realizadas a Jerónimo Zelaya Leiva, Antonio Ramírez Fontecha, Felipe Valle y otros, el Estado de Honduras ostenta los derechos de propiedad del cerro Juana Lainez por más de 100 años.

El cerro pasó a formar parte de Tegucigalpa el 11 de marzo de 1935, según el Acuerdo Ejecutivo No. 1526. Desde entonces, se ha observado un aumento en la población en las faldas del cerro, especialmente con la construcción del Estadio Nacional "Tiburcio Carías Andino" y el acceso mediante el reconstruido Puente La Isla.

En 1948, para conmemorar la victoria de las Naciones Aliadas en la Segunda Guerra Mundial, el gobierno de Tiburcio Carías Andino erigió en la cima un Monumento a La Paz, simbolizando su filosofía de gobierno. La construcción estuvo a cargo del ingeniero Francisco Prats.

En 1957, durante la instalación de la Asamblea Nacional Constituyente, se emitió el Decreto No. 2 para erigir un "Monumento a la Revolución" sobre las bases del Monumento a La Paz. Sin embargo, este decreto no se materializó durante la administración liberal entre 1957 y el 3 de octubre de 1963.

En 1957, la Junta Militar de Gobierno donó los terrenos del Juana Lainez y sus alrededores a la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) para construir su ciudad universitaria. No obstante, en 1968, la UNAH adquirió los terrenos donde hoy se encuentra la Ciudad Universitaria "José Trinidad Reyes", dejando los terrenos del Juana Lainez sin un dueño claro.

A través del Decreto 165-94 del 4 de noviembre de 1994, se acordó erigir en el Cerro Juana Lainez un Monumento a la Nacionalidad y declarar el cerro Parque Estudiantil a perpetuidad. Esta iniciativa fue respaldada por el Congreso Nacional y fortalecida con la creación de un Comité Especial Pro-Mejoramiento del Cerro Juana Lainez. Sin embargo, estas acciones quedaron en el ámbito de las buenas intenciones.

El Congreso Nacional retomó la iniciativa en el año 2000 con el Decreto No. 105-2000, que reformó el Decreto 165-94 y asignó una partida presupuestaria de Cinco Millones de Lempiras para el año 2001. A pesar de esta iniciativa, el proyecto no se llevó a cabo.

Con el objetivo de asegurar la sostenibilidad del Monumento a la Nacionalidad y garantizar el desarrollo de iniciativas para mejorar la infraestructura en el Cerro Juana Lainez sin obstáculos, el Congreso Nacional aprobó el contrato entre la Fundación Ecológica de Tegucigalpa (FET) y la Procuraduría General de la República mediante el Decreto No. 173-2006. La FET se encargará de ejecutar las obras de infraestructura y presentar proyectos para restaurar la grandeza del Cerro Juana Lainez, símbolo de la identidad de los habitantes de la capital.

Conjunto de Plazas

Plazas conmemorativas

Plaza del Monumento de la Paz: El objetivo principal de esta plaza es llevar a cabo una rehabilitación integral de los elementos constructivos y estructurales existentes, manteniendo la fidelidad a la singularidad y emblema del monumento. Este edificio no solo representa un hito simbólico en la identidad de la capital, sino que también busca preservar su papel fundacional y relevancia paisajística. Se busca que las intervenciones no comprometan su tradicional importancia, sino que más bien refuercen su posición como la primera intervención que establece un sentido cívico en el cerro.

Plaza de la Identidad Nacional: Diseñada como antesala a la Plaza del Monumento, esta plaza se integra en la nueva lógica del Cerro como Parque Metropolitano. Aunque el espacio previo al monumento parece desproporcionado, se ajusta a la lógica geométrica general del parque. Destacará una estatua al héroe Lempira, acompañada de elementos escultóricos, enfatizando la vocación cultural y educativa del parque. La plaza cumple un papel importante como parte del sistema de espacios públicos y como escenario de valor representativo.

Plaza del Agua: Funciona como un vestíbulo principal para el sistema de espacios públicos, conectando las plazas conmemorativas y ceremoniales con las de carácter más lúdico y cultural. También sirve como la parada más alta para el sistema de transporte motorizado planificado. Este espacio de bienvenida puede albergar espectáculos de masas programados, con juegos de agua durante el día y efectos de luz y sonido por la noche en el estanque central. Se considerará la posibilidad de utilizar ocasionalmente esta plaza para estacionamiento vehicular, especialmente para personas con necesidades especiales, complementando el estacionamiento lineal a lo largo del viario principal en situaciones especiales y cuando el resto de las plazas estén ocupadas.

Plaza del Zoco

El parque Cerro Juana Lainez, al igual que otros parques de su envergadura, requiere una zona de descanso y revitalización con opciones para refrigerios rápidos. Estos parques, incluyendo el Cerro Juana Laínez, desempeñan un papel significativo en la identidad de la ciudad y sirven como lugares de intercambio cultural y exhibición de artesanías locales a través de eventos y actividades culturales. Además, generan una demanda de souvenirs y objetos representativos que los visitantes disfrutan adquirir.

Es una práctica común que todo parque implementa, y en el caso del Cerro Juana Laínez, debe integrarse en el sistema de plazas planificadas, especialmente conectándose directamente con diferentes plazas para ofrecer áreas de descanso durante el recorrido. La Plaza del Zoco, descentrada estratégicamente, se conecta de manera inmediata y clara con las plazas de los Eventos y de los Sentidos, facilitando los diversos itinerarios en el parque.

Además, aprovechando la coincidencia de cotas, tiene una relación directa con el patio de operaciones y mantenimiento bajo la Plaza de los Eventos, asegurando el suministro a los establecimientos subterráneos de las plazas sin interferir con las actividades públicas del parque. Además del nuevo paisajismo para preservar los árboles singulares, en el centro de la plaza se erigirá una escultura que también servirá como soporte para las antenas de comunicación existentes y futuras, adaptándose a las necesidades del parque.

Plaza de los Eventos

Desarrollada en dos niveles, desempeña un papel central y complejo en el sistema de plazas propuesto. Su posición central le confiere un papel articulador, y su amplitud la destaca como el espacio más representativo entre los espacios públicos.

La presencia de dos grandes depósitos de agua del SANAA impone restricciones de cotas que deben ser respetadas. Esta dificultad ofrece la oportunidad de diseñar un espacio más complejo que pueda satisfacer la diversidad de requisitos, incluyendo la necesidad de albergar funciones institucionales representativas, como un Espacio Multiusos y el centro de operaciones y mantenimiento para las instalaciones existentes y futuras, especialmente en relación con la Plaza del Zoco.

En un proyecto de esta magnitud, es crucial tener la capacidad de realizar eventos divulgativos para el público en general, con una programación abierta y diversa, complementaria a las actuaciones especializadas en el gran auditorio previsto. La estructura de dos niveles en esta plaza permite la creación de un amplio graderío para garantizar una transición fluida entre los espacios generados. En el borde sur de la plaza, se ubicará un gran escenario capaz de albergar actuaciones festivas y divulgativas de gran envergadura.

Bajo este segundo nivel, que alberga el patio de operaciones y el segundo tanque, se situará el Espacio Multiusos con capacidad suficiente para eventos de alta concurrencia. Desde la Plaza de los Eventos, se pueden acceder a las plazas del Agua, el Zoco y la de los Sentidos, así como al Espacio Multiusos, consolidando su función articuladora y representativa en el conjunto del proyecto.

Plaza de los sentidos

La secuencia de plazas que descienden desde el Monumento de la Paz culmina en la Plaza de los Sentidos, concebida para albergar actividades de estancia, paseo y juegos, con un enfoque decididamente infantil y educativo centrado en los sentidos.

En este espacio final, aprovechando las condiciones del terreno y sus características naturales, planeamos construir una serie de áreas que evocarán de manera tangible la percepción de los sentidos de manera inducida. Aprovecharemos la depresión existente, que temporalmente alberga los tanques del SANAA, y preserva algunos árboles que deben ser protegidos. En este lugar sombrío y húmedo, crearemos un amplio patio-alcorque donde se ubicará un orquidiario-bromeliario junto a una pequeña laguna con aportación mecánica para incorporar el sonido del agua cayendo.

Alrededor de este espacio interior, instalaremos diversos alcorques con vegetación fragante, entre los cuales se dispondrán pavimentos que ofrecerán diversas experiencias táctiles. Bajo esta plaza, se ubicará un restaurante con su respectivo estacionamiento en una cota más baja, permitiendo amplias vistas hacia la ciudad de Tegucigalpa.

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Kilo tapias peralta Escobar

Soy el fundador de Corporación KRONOZ, divulgador de ciencia, amante de la naturaleza, y fiel creyente del error y superación del ser humano, “El tiempo es solo una mera ilusión, el pasado, el presente y el futuro, existen simultáneamente, como parte de un rompecabezas, sin principio ni final”.

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