Parque Nacional Marino Guanaja

Se encuentra ubicada en el archipiélago que constituyen las Islas de la Bahía en Honduras y Desde 1961, la isla ha sido designada como una Reserva Forestal, siendo de mayor tamaño que Utila y alcanzando una altitud máxima de 415 metros. Su entorno está marcado por pequeños grupos de pino caribe en áreas limitadas, mientras que en las depresiones de menor tamaño prosperan discretos bosques tropicales húmedos. El Parque Nacional abarca el 90% de la isla e inclusive abarca los arrecifes circundantes. La población de Guanaja reside principalmente en dos cayos y en dos comunidades en la propia isla: Mangrove Bight y Savanna Bight.

 

Introducción

La costa norte de la isla alberga una rica diversidad de arrecifes coralinos que crecen en una franja prácticamente ininterrumpida. En contraste, en su costa sur, los arrecifes rodean una serie de 13 cayos pequeños en cadena. Asimismo, como en las otras dos islas, también se encuentran numerosos sitios arqueológicos en la isla.

En términos históricos, esta isla tiene la distinción de haber sido el primer territorio hondureño visitado por Colón en su cuarto viaje, el 30 de julio de 1502, cuando la denominó "Isla de los Pinos". La playa en la que desembarcó se presume que ha sido identificada y se encuentra dentro de los límites del Parque. Para acceder a la isla, se dispone de vuelos desde La Ceiba y Roatán.

Guanaja ostenta la distinguida posición número 2,456 en la lista, consolidándose como uno de los lugares de mayor relevancia a nivel internacional dentro de los sitios Ramsar. Este sitio se caracteriza por su riqueza en biodiversidad, que abarca una amplia gama de ecosistemas, tales como manglares con su vegetación costera asociada, praderas de pasto marino, así como 15 cayos paradisíacos cubiertos de arena blanca que emergen de aguas azul turquesa. Los sistemas de arrecifes que lo rodean añaden un atractivo aún mayor a la hermosa isla de Guanaja.

Ecosistemas, flora y fauna

El lugar alberga una diversidad de ecosistemas notables, como los manglares acompañados de vegetación costera, extensiones de praderas de pasto marino, playas de arena blanca y un intrincado sistema de arrecifes que rodea la isla de Guanaja. Estos sostienen una variedad de especies emblemáticas de la región, entre las que se destacan aquellas que se encuentran en la Lista Roja de la UICN, como el cocodrilo americano (Crocodylus acutus) y la tortuga carey (Caretta caretta), categorizadas como especies vulnerables. Asimismo, los corales, como Acropora cervicornis y Acropora palmata, se encuentran en estado crítico. En adición, el bosque de manglares alberga una amplia gama de flora y fauna, incluyendo 146 especies de aves como el pelícano café (Pelecanus occidentalis), el gaviotín rosado (Sterna dougalli) y el halcón peregrino (Falco peregrinus).

Los ecosistemas marinos del sitio brindan refugio y sustento a numerosas especies marinas, entre las que se cuentan el mero gigante del Atlántico (Epinephelus itajara), el delfín nariz de botella (Tursiops truncatus), la raya amarilla (Urobatis jamaicensis) y el tiburón enfermera o gata (Ginglymostoma cirratum). Además de su importancia ecológica, el sitio proporciona una serie de servicios ecosistémicos esenciales para la comunidad de alrededor de 1000 habitantes de la isla de Guanaja, cuya subsistencia depende en gran medida de la pesca industrial y artesanal de langostas y caracoles. El área también sirve como espacio de recreación y ecoturismo debido a su paisaje único y rica biodiversidad.

No obstante, el valor ecológico del sitio enfrenta una amenaza constante debido a eventos climáticos extremos, como el impacto significativo que tuvo el Huracán Mitch en 1998 sobre los manglares de la zona. Además, el desarrollo no controlado ha aumentado la contaminación del agua debido a la falta de un sistema de saneamiento adecuado.