Control de malas hierbas

El término Control de malezas alude al conjunto de actividades destinadas a detener el crecimiento de vegetación no deseada, tanto herbácea como leñosa, en tierras dedicadas a la agricultura y jardinería. Estas hierbas indeseables también obstaculizan y elevan los costos de mantenimiento de cunetas, pastizales, canales de desagüe, plataformas ferroviarias y otros espacios de tránsito.

 

Introducción

A lo largo de los siglos, los labradores han gestionado las malezas con el uso de la azada y el arado. No obstante, la eliminación de estas plantas que compiten por recursos, ya sea de forma manual o a través del labrado del suelo, es una labor agotadora y costosa que limita la extensión de tierra disponible para el cultivo. Estas prácticas no sufrieron una evolución significativa hasta la década de 1940, momento en el que se desarrollaron los primeros herbicidas artificiales. Estos productos, que son económicos, eficaces y seguros, han revolucionado las tácticas de control de malezas y han reducido la cantidad de mano de obra requerida para producir grandes cantidades de alimentos.

Control malas hierbas

 

Las investigaciones más recientes apuntan al empleo de herbicidas altamente específicos, que puedan ser utilizados sin riesgo en cultivos agrícolas seleccionados para eliminar cualquier tipo de maleza que compita con ellos. Además, se está avanzando en la investigación de reguladores del crecimiento, sustancias que no dañan las plantas, sino que limitan su crecimiento. Es posible que en algún momento se pueda tratar el césped, pastizales y arbustos decorativos de manera que requieran menos cortes o podas.

Herbicidas y sus usos

Existen numerosos herbicidas que presentan un efecto selectivo: eliminan ciertas variedades de plantas y no afectan a otras. Algunos ejemplos incluyen el 2,4-D fosamina, dicamba y picloram, que detienen el crecimiento de varias especies de hojas anchas, pero no afectan a las gramíneas, ciperáceas o helechos. Por otro lado, el dalapón controla las gramíneas y otras monocotiledóneas, pero no causa daño alguno en las plantas de hojas anchas.

La selectividad de varios herbicidas, es decir, su capacidad para afectar ciertas especies de plantas y no otras, puede ser alterada ajustando la cantidad de producto utilizado por unidad de superficie y el momento de su aplicación. Los herbicidas de amplio espectro, como el glifosato, controlan casi cualquier tipo de vegetación. Algunos pueden incluso esterilizar el suelo, eliminar toda la vegetación y retardar la invasión de nuevas malas hierbas.

En lo que respecta a los cultivos destinados a la producción de alimentos, las especificaciones concretas sobre la concentración, dosis y época de aplicación de los herbicidas se encuentran indicadas en la etiqueta del producto. Dichas recomendaciones no solo tienen como objetivo garantizar un control eficaz de las malas hierbas, sino también asegurar la ausencia de residuos perjudiciales en hojas y frutos. Estas directrices surgen como resultado de un gran número de estudios realizados tanto en el campo como en el laboratorio.

 

Existe una gran variabilidad entre los distintos herbicidas en cuanto a su capacidad de persistir en las plantas y en el medio ambiente. En el ámbito de la agricultura, se prefieren aquellos que no son persistentes, ya que controlan rápidamente las malas hierbas y se descomponen en el transcurso de algunos días o semanas. No obstante, los herbicidas persistentes, como el picloram, que mantienen su actividad en el suelo durante cien días o más, prolongan el control durante un período más extenso.

La aplicación de herbicidas se realiza principalmente por pulverización, aunque algunos se comercializan en presentaciones en polvo, comprimidos o gránulos. Estos últimos, por ejemplo, se mezclan con los fertilizantes para el césped y se utilizan con frecuencia en jardinería para controlar las malas hierbas de hoja ancha.

En situaciones donde el uso de herbicidas pueda causar desplazamientos del suelo y poner en peligro la vegetación deseable, se prefiere emplear el control biológico. Para el control de las malas hierbas en césped y pastos, se ha demostrado que mantener una cubierta vegetal denso y segar a una altura adecuada es eficaz, ya que las malas hierbas se cortan antes de que tengan la oportunidad de establecerse completamente. Además, ciertas especies de plantas como el trébol y otras leguminosas son efectivas para evitar que las semillas de las malas hierbas reciban luz durante la germinación y, al mismo tiempo, mejoran la calidad del suelo.

Numerosos jardineros utilizan láminas de plástico negro para cubrir el suelo y evitar que las semillas de las malas hierbas reciban luz y germinen. Otra técnica comúnmente utilizada es el acolchado de la tierra alrededor de arbustos y árboles ornamentales con diferentes materiales, como serrín, corteza, agujas de pino o gravilla, que impide el crecimiento de plantas no deseadas y disminuye la competencia por el agua del suelo.

7 consejos para erradicar malas hierbas

  • Arrancarlas manualmente: La forma más sencilla y económica de eliminar las malas hierbas es arrancarlas manualmente, especialmente cuando se trata de plantas aisladas.

  • Utilizar herbicidas selectivos: Los herbicidas selectivos son productos químicos que matan sólo ciertos tipos de plantas y no dañan las plantas que deseas mantener en el jardín.

  • Prevenir su aparición: Es importante prevenir la aparición de malas hierbas antes de que germinen y se desarrollen, para ello se pueden cubrir las áreas libres de plantas con una capa de mantillo.

  • Cortar las malas hierbas antes de que florezcan: Si cortas las malas hierbas antes de que florezcan, evitarás que se diseminen por el jardín.

  • Control biológico: Algunas especies de insectos, hongos y bacterias pueden ayudar a controlar el crecimiento de malas hierbas.

  • Evitar el uso de semillas contaminadas: Las semillas pueden ser una fuente importante de malas hierbas en el jardín, por lo que es importante comprarlas en lugares de confianza y evitar la propagación de las semillas de las malas hierbas.

  • Vigilar y mantener el jardín: Es importante vigilar regularmente el jardín y mantenerlo en buenas condiciones, ya que las malas hierbas tienen más dificultades para crecer en un ambiente sano y bien cuidado.

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Kilo tapias peralta Escobar

Soy el fundador de Corporación KRONOZ, divulgador de ciencia, amante de la naturaleza, y fiel creyente del error y superación del ser humano, “El tiempo es solo una mera ilusión, el pasado, el presente y el futuro, existen simultáneamente, como parte de un rompecabezas, sin principio ni final”.

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