Silaba, concepto, tipos y estructura
La sílaba es una unidad de organización de los sonidos del habla, que se encuentra por debajo del fonema y la mora. Normalmente, consta de un núcleo silábico, generalmente una vocal, con márgenes iniciales y finales opcionales, que suelen ser consonantes. Las sílabas se consideran a menudo los componentes fonológicos básicos de las palabras y pueden influir en el ritmo, la prosodia, la métrica poética y los patrones de acentuación de un idioma. El habla se divide comúnmente en un número entero de sílabas, por ejemplo, la palabra "bueno" se compone de dos sílabas: "bue" y "no".
Indice de Contenido
Introducción
El silabario, una forma de escritura basada en sílabas, precede históricamente a la escritura alfabética basada en fonemas, como el protosinaítico. Las primeras sílabas registradas se encuentran en tablillas escritas alrededor del 2800 a.C. en la antigua ciudad sumeria de Ur. El cambio de los pictogramas a los silabarios se considera "el avance más significativo en la historia de la escritura".
Una palabra que consta de una sola sílaba, como "pan", se llama monosílaba y se considera monosilábica. Términos similares son bisílaba (bisílabas o disílabas) para una palabra de dos sílabas, trisílaba (trisilábicas) para una palabra de tres sílabas, tetrasílaba para las palabras con cuatro sílabas, y polisílaba (polisilábicas) para aquellas palabras que tienen cinco o más sílabas.
La palabra "sílaba" tiene su origen en la palabra "sillabe" del francés antiguo, que a su vez proviene del latín "syllaba" y del griego koiné "συλλαβή" (syllabḗ), que significa "las tomadas juntas". Esta palabra hace referencia a las letras que se unen para formar un único sonido.
"συλλαβή" es un sustantivo verbal derivado del verbo "συλλαμβάνω" (syllambánō), el cual es un compuesto de la preposición "σύν" (sýn) que significa "con", y el verbo "λαμβάνω" (lambánō) que significa "tomar". El sustantivo utiliza la raíz "λαβ-" en tiempo aoristo, mientras que la raíz del tiempo presente "λαμβάν-" se forma al agregar un infijo nasal ⟨μ⟩ ⟨m⟩ antes de la consonante ⟨β⟩ ⟨b⟩ y un sufijo "-αν" "-an" al final.
La sílaba en fonología
En ciertas teorías de la fonología, se representan las estructuras de las sílabas mediante diagramas de árbol, similares a los que se utilizan en ciertos tipos de sintaxis. No todos los fonólogos están de acuerdo en cuanto a la existencia de una estructura interna en las sílabas; de hecho, algunos cuestionan la existencia misma de la sílaba como entidad teórica.
Existen numerosos argumentos que respaldan una relación jerárquica en lugar de lineal entre los componentes de las sílabas. Según un modelo jerárquico, el núcleo y la coda se agrupan en un nivel intermedio llamado "rima". Este modelo jerárquico explica el papel que desempeña el constituyente "núcleo + coda" en la formación de versos que riman, como por ejemplo, las palabras "gato" y "dato" se emparejan mediante su núcleo y coda, o rima. Además, también explica la distinción entre sílabas pesadas y ligeras, la cual juega un papel en procesos fonológicos como los cambios de sonido en el inglés antiguo, por ejemplo, "scipu" y "wordu".
Cuerpo
En ciertas descripciones convencionales de ciertos idiomas, como el cree y el ojibwe, se plantea una estructura de sílaba ramificada a la izquierda, donde el grupo de inicio y el núcleo se encuentran por debajo de una unidad de nivel superior llamada "cuerpo" o "núcleo". Esto se presenta como un contraste con la coda.
Rima
La rima de una sílaba consta de un núcleo y una coda opcional. Es la parte de la sílaba que se utiliza en la mayoría de las rimas poéticas y es la parte que se alarga o acentúa cuando una persona enfatiza o prolonga una palabra al hablar.
Generalmente, la rima abarca desde la primera vocal hasta el final de la sílaba. Por ejemplo, en las palabras "at", "sat" y "flat", la rima es /æt/. Sin embargo, en algunos idiomas, no es necesario que el núcleo sea una vocal. Por ejemplo, en las palabras "botella" y "violín", el núcleo de la segunda sílaba es simplemente /l/, una consonante líquida.
Así como la rima se divide en núcleo y coda, tanto el núcleo como la coda pueden estar formados por varios fonemas. El límite del número de fonemas que pueden constituir cada uno varía según el idioma. Por ejemplo, en japonés y la mayoría de los idiomas sino-tibetanos, no se permiten grupos de consonantes al principio o al final de las sílabas, mientras que en muchos idiomas de Europa del Este puede haber más de dos consonantes al principio o al final de la sílaba. En inglés, tanto el inicio como el núcleo y la coda pueden tener hasta dos fonemas, como en la palabra "flouts": [fl] en el inicio, el diptongo [aʊ] en el núcleo y [ts] en la coda.
"Rime" y "rima" son variantes de la misma palabra, pero la forma menos común "rime" se utiliza a veces específicamente para referirse a la rima de las sílabas, a fin de diferenciarla del concepto poético de rima. Algunos lingüistas no hacen esta distinción y esta forma no aparece en la mayoría de los diccionarios.
Peso
Una sílaba pesada se refiere generalmente a aquella que tiene una rima ramificada, lo que significa que es una sílaba cerrada que termina en una consonante o una sílaba con un núcleo ramificado, es decir, una vocal larga o diptongo. El término "pesada" es una metáfora basada en la idea de que tanto el núcleo como la coda tienen ramificaciones en un diagrama de árbol.
En algunos idiomas, las sílabas pesadas incluyen tanto las sílabas VV (núcleo ramificado) como las VC (rima ramificada), a diferencia de las sílabas V, que se consideran ligeras. En otros idiomas, solo se consideran pesadas las sílabas VV, mientras que las sílabas VC y V son consideradas ligeras. Algunos idiomas incluso distinguen un tercer tipo de sílaba llamada "superpesada", que consta de sílabas VVC (con núcleo ramificado y rima) o sílabas VCC (con una coda formada por dos o más consonantes), o una combinación de ambas.
En la teoría moraica, se considera que una sílaba es pesada si contiene dos moras, mientras que las sílabas ligeras tienen una sola mora y las sílabas superpesadas tienen tres. Esta descripción se aplica comúnmente a la fonología del japonés.
Muchos idiomas tienen restricciones sobre las sílabas pesadas, e incluso algunos prohíben su presencia por completo. Sin embargo, existen idiomas que buscan mantener un peso silábico constante. Por ejemplo, en las sílabas acentuadas no finales del italiano, las vocales cortas coexisten con las sílabas cerradas, mientras que las vocales largas coexisten con las sílabas abiertas, lo que hace que todas estas sílabas sean consideradas pesadas (ni ligeras ni superpesadas).
La distinción entre sílabas pesadas y ligeras a menudo determina qué sílabas reciben acento. Esto es evidente en idiomas como el latín y el árabe, por ejemplo.
Clasificación fonológica
Desde una perspectiva fonológica, las sílabas pueden clasificarse según varios criterios:
- Sílabas átonas/tónicas: Las sílabas pueden tener más o menos fuerza de pronunciación. En algunos idiomas, encontramos sílabas átonas, que son pronunciadas de forma más débil, y sílabas tónicas, que se pronuncian con mayor énfasis. En español, la mayoría de las palabras tienen una única sílaba tónica. Por ejemplo, en las palabras "resultante", "esdrújula", "avizor" y "ángel", la sílaba tónica se marca en negrita cursiva, mientras que las sílabas átonas se muestran en cursiva.
- Sílabas abiertas/cerradas o libres/trabadas: Otra distinción importante en algunos idiomas es si una sílaba tiene o no una coda silábica. Las sílabas sin coda se llaman abiertas o libres, mientras que aquellas con una coda se denominan cerradas o trabadas. En la mayoría de las lenguas indoeuropeas modernas, el núcleo silábico suele ser una vocal o un diptongo. Por lo tanto, las sílabas que terminan en vocal se consideran abiertas o libres, mientras que las que terminan en consonante se consideran cerradas o trabadas.
- Sílabas cortas/largas o ligeras/pesadas: Algunos idiomas, como el latín, el griego clásico, el japonés y el sánscrito, tienen estructuras intermedias entre el fonema y la sílaba, llamadas moras. En estas lenguas, cada sílaba se puede dividir en un cierto número de moras. Las sílabas de una sola mora se denominan cortas o ligeras, mientras que las sílabas de más de una mora se consideran largas o pesadas. La distinción entre sílabas cortas y largas (o ligeras y pesadas) tiene implicaciones en la posición del acento en estas lenguas mencionadas.
Sílabas abiertas y cerradas
En algunas lenguas, una sílaba se clasifica como "abierta" o "libre" si termina en vocal, mientras que se considera "cerrada" o "trabada" si termina en consonante. Esta distinción es importante en muchos idiomas, ya que puede influir en la calidad de la vocal y en la posición del acento, entre otros aspectos.
En el caso del español, algunos estudios han observado que las vocales en sílabas cerradas o trabadas tienden a pronunciarse ligeramente más abiertas. Este fenómeno ha llevado a que, en algunas variedades del español, como el dialecto andaluz oriental, la marcada diferencia de abertura vocal haya dado lugar, después de la pérdida de ciertas consonantes, a una oposición real entre vocales abiertas y cerradas. Es importante tener en cuenta que, en sílabas abiertas o libres, la vocal tiende a ser ligeramente más cerrada, mientras que en sílabas cerradas o trabadas se pronuncia más abierta. Por ejemplo, en algunas variedades de Andalucía, existe una diferencia entre:
[pero] 'perro' (sílaba abierta o libre) / [perɔ] 'perros' (sílaba cerrada o trabada)
Esta diferencia también es perceptible en el habla de México, donde se nota más claramente la variación de abertura vocal en sílabas cerradas o trabadas. Por ejemplo:
[dɔs] 'dos' / [dos(ə̥)] 'doce'
Estructura moraica
En lingüística, la mora es una unidad utilizada para medir el peso silábico, es decir, la duración de los segmentos fonológicos que forman una sílaba.
En algunas lenguas, la sílaba puede ser dividida en unidades más pequeñas por encima del nivel del fonema segmental. Por ejemplo, en japonés, una sílaba puede descomponerse en una o varias moras. El sistema acentual del sánscrito, el griego antiguo y el latín se puede explicar de manera más sencilla en términos de moras que en términos de sílabas (por esta razón se acepta que estas lenguas podían distinguir la mora como una unidad distintiva).
En sánscrito, una sílaba se considera "pesada" si consta de más de una mora, y "ligera" si consta de una sola mora. Esta misma distinción se presenta en latín y griego, aunque se utiliza la terminología de "sílaba larga" (pesada) y "sílaba corta" (ligera). En todas estas lenguas, una sílaba es larga o pesada si:
- La sílaba tiene un ataque silábico y una coda.
- La sílaba es abierta, pero contiene una vocal larga.
En términos moraicos, las vocales largas tienen el doble de peso, mientras que la coda añade una unidad de peso a la sílaba. Aunque técnicamente se podrían distinguir sílabas de una, dos y tres moras en estas lenguas indoeuropeas, las sílabas bimoraicas y trimoraicas parecen ser fonológicamente indistinguibles.
Tipología morfológica
En las lenguas aislantes, la mayoría de las palabras consisten en una sola sílaba, mientras que en las lenguas polisintéticas las palabras suelen ser polisilábicas, con frecuencia conteniendo más de 5 sílabas por palabra cuando se trata de una oración completa. Las lenguas fusionantes y aglutinantes se encuentran en una posición intermedia, con palabras que tienden a ser ligeramente más largas en las lenguas aglutinantes.
En estas últimas, los elementos morfológicos se agregan a la raíz de la palabra de manera más evidente, lo que resulta en una mayor extensión de la palabra en comparación con las lenguas fusionantes, donde la fusión de elementos morfológicos es más marcada y puede dar lugar a palabras de menor longitud.
La sílaba en la escritura
Silabarios
Es cierto, en algunos idiomas, el sistema de escritura es silábico, lo que significa que cada carácter o grafema representa una sílaba o una unidad fonética similar, como la mora. Un ejemplo prominente es la escritura kana utilizada en el japonés. En el sistema kana, hay dos conjuntos de caracteres, hiragana y katakana, que representan sílabas o moras específicas. Cada carácter kana generalmente corresponde a una sílaba en japonés, lo que facilita la transcripción de palabras y frases.
Sin embargo, es importante destacar que aunque la mayoría de los caracteres kana representan sílabas completas, en algunas ocasiones una mora puede ser una unidad más pequeña que una sílaba completa. Esto se debe a la naturaleza fonotáctica del japonés, donde ciertas combinaciones de consonantes y vocales se tratan como una sola unidad de pronunciación. Por lo tanto, los caracteres kana pueden representar no solo sílabas, sino también moras en esos casos particulares.
Es importante tener en cuenta que no todos los sistemas de escritura silábica se basan en la representación de sílabas o moras. Algunos sistemas pueden representar unidades fonéticas más pequeñas, como consonantes o vocales individuales. Cada sistema de escritura silábica puede adaptarse a las características fonéticas específicas de un idioma en particular.
Convenciones ortográficas en español
Efectivamente, la división silábica en la escritura tiene una importancia crucial, especialmente cuando una palabra no cabe en una línea de texto y debe dividirse entre dos líneas. En español, se permite dividir las sílabas de una palabra siguiendo ciertas reglas ortográficas para facilitar la lectura y comprensión del texto.
Sin embargo, es cierto que los límites silábicos pueden volverse difusos en ciertas situaciones, y la velocidad del habla puede influir en la pronunciación de las palabras. Esto puede llevar a la formación de diptongos o hiatos dependiendo de cómo se articulen las palabras y la fluidez del discurso.
Un ejemplo mencionado es la palabra "continuo", que se pronuncia [konˈti.nwo], pero a veces también se puede pronunciar [konˈti.nuˌo]. Esta variación puede deberse a la influencia de otros idiomas o a diferencias regionales en la pronunciación. Por ejemplo, algunos hablantes de catalán pueden pronunciarla de esta última manera debido a las reglas específicas de los diptongos crecientes en catalán. Cabe mencionar que en español estándar, los diptongos crecientes no se forman después de la consonante "n", por lo que la pronunciación [konˈti.nwo] es más común.