Recurso natural, concepto y tipos de recursos
Un recurso natural se refiere a cualquier producto proveniente de la naturaleza, ya sea en forma de materiales o energía, que tiene la capacidad de satisfacer las necesidades biológicas de los seres humanos, como alimentación, vestimenta, vivienda y construcción. También se utiliza para impulsar actividades económicas o para cumplir con las demandas sociales, como los artículos de consumo.
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Introducción
Desde el punto de vista económico, se considera recurso a todo aquel medio que contribuye a la producción y distribución de bienes y servicios utilizados por los seres humanos. Los economistas reconocen que existe escasez de diversos tipos de recursos en comparación con la amplia diversidad de deseos humanos, lo cual explica las necesidades. En consecuencia, la economía se define como la ciencia que estudia las leyes que rigen la distribución de estos recursos entre diferentes propósitos.
Bajo esta perspectiva, los recursos naturales se refieren a los factores de producción proporcionados por la naturaleza sin intervención previa del ser humano, y se distinguen de los recursos culturales y humanos que son generados por el ser humano, como los bienes utilizados en la transformación industrial, el trabajo o la tecnología. El uso de cualquier recurso natural implica considerar dos conceptos clave: la resistencia, que debe superarse para lograr la explotación, y la interdependencia.
El campo de la biología de la conservación se dedica al estudio científico de la naturaleza y el estado de la biodiversidad en la Tierra, con el objetivo principal de proteger las especies, sus hábitats y los ecosistemas para evitar altas tasas de extinción. Esta disciplina es interdisciplinaria, abarcando áreas como las ciencias naturales, la economía y la gestión de los recursos naturales. El término "biología de la conservación" surgió como resultado de una conferencia llevada a cabo en 1978 en la Universidad de California en San Diego, organizada por los biólogos Bruce Wilcox y Michael Soulé.
La conservación de hábitats, por su parte, se refiere al conjunto de prácticas y estrategias de gestión de recursos naturales que buscan preservar, proteger y restaurar los hábitats de las plantas y animales silvestres. Su objetivo es prevenir la extinción de especies, evitar la fragmentación de los hábitats y reducir la disminución de su distribución geográfica.
Tipos de recursos y sus usos
Los recursos naturales se clasifican en renovables y no renovables según su disponibilidad en tiempo, tasa de generación/regeneración y ritmo de uso o consumo. Los recursos renovables se refieren a aquellos que tienen ciclos de regeneración superiores a su nivel de extracción. El uso excesivo puede llevar a la extinción de estos recursos, como en el caso de los bosques y las pesquerías, aunque muchos de ellos sean teóricamente ilimitados, como la luz solar, las mareas y los vientos. Por otro lado, los recursos no renovables son generalmente depósitos limitados o con ciclos de regeneración muy inferiores a los ritmos de extracción o explotación, como en la minería y el petróleo.
En algunos casos, el uso abusivo y sin control de estos recursos puede agotarlos, como sucede con la extinción de especies. También puede ocurrir que el recurso exista, pero no pueda utilizarse, como en el caso del agua contaminada, entre otros ejemplos.
El consumo de recursos está estrechamente relacionado con la generación de residuos. A medida que se consumen más recursos, se generan más residuos. En España, se estima que cada ciudadano produce más de 1,38 kg de basura al día, lo que representa más de 500 kg de residuos al final del año.
Recursos renovables
Los recursos renovables son aquellos que no se agotan con su utilización, ya que tienen la capacidad de regenerarse o volver a su estado original a una tasa mayor a la que son disminuidos mediante su uso. Sin embargo, es importante tener en cuenta que ciertos recursos renovables pueden dejar de serlo si su tasa de utilización es tan alta que impide su renovación, por lo que se requiere un uso racional e inteligente para garantizar su sostenibilidad. Algunos ejemplos de recursos renovables son el agua y la biomasa (todos los seres vivos).
Dentro de esta categoría de recursos renovables se encuentran:
- Viento: como fuente de energía eólica.
- Radiación solar: aprovechada como energía solar.
- Energía hidráulica: generada a partir del flujo de agua en ríos o la energía de las mareas.
- Energía geotérmica: proveniente del calor interno de la Tierra.
- Madera: como producto forestal renovable.
- Productos agrícolas: como cereales, frutas, tubérculos, hortalizas, y los desechos generados por actividades agrícolas, entre otros.
Es importante destacar que los recursos renovables como la radiación solar, las mareas, el viento y la energía hidroeléctrica son considerados perpetuos, lo que significa que no corren peligro de agotarse a largo plazo.
Recursos no renovables
Los recursos no renovables son aquellos recursos naturales que no pueden ser producidos, cultivados, regenerados o reutilizados a una escala que pueda sostener su tasa de consumo. Estos recursos suelen existir en cantidades fijas, ya que la naturaleza no puede recrearlos en periodos geológicos cortos.
El término "reservas" se refiere a los contingentes de recursos que pueden ser extraídos de manera rentable. El valor económico de estos recursos depende de su escasez y demanda, lo cual es una preocupación clave para la economía. La utilidad de estos recursos depende de su aplicabilidad, así como del costo económico y energético asociado con su localización y explotación.
Algunos ejemplos de recursos no renovables son el carbón, el petróleo, los minerales, los metales, el gas natural y los acuíferos confinados sin recarga de agua subterránea.
La contabilidad de las reservas conlleva muchas disputas, con estimaciones optimistas por parte de las empresas y estimaciones pesimistas por parte de grupos ecologistas y científicos académicos. Esta discrepancia es especialmente evidente en el ámbito de las reservas de hidrocarburos.
Las empresas tienden a considerar como reservas todos los yacimientos conocidos y aquellos que esperan encontrar en el futuro. Sin embargo, los críticos resaltan el creciente costo monetario de la exploración y extracción, con un nuevo barril encontrado por cada cuatro consumidos, así como el creciente costo termodinámico (energético), lo cual reduce el valor de uso promedio de los nuevos descubrimientos.