Teatro Nacional Manuel Bonilla

El Teatro Nacional Manuel Bonilla se erige como un epicentro cultural, arraigado en la vibrante urbe de Tegucigalpa, Honduras. En el año 1905, un grupo selecto de eruditos de la capital, ávidos devotos de las letras y el arte, entre los que destacaban nombres como Rómulo Ernesto Durón, Luis Landa Escober, Froylán Turcios, Esteban Guardiola y Augusto C. Coello, se unieron en un comité con un propósito singular: conmemorar los tres siglos de la obra maestra "Don Quijote de la Mancha" de Miguel de Cervantes. Con esta noble causa en mente, dirigieron una solicitud al presidente de Honduras, Manuel Bonilla, para la edificación de un teatro nacional en honor al insigne escritor español.

 

Introducción

El 15 de septiembre de 1915, bajo el mandato presidencial de Francisco Bertrand, se llevó a cabo una magnífica gala de inauguración en el Teatro Nacional Manuel Bonilla. Esta apertura marcó el culmen de un proyecto que recibió el respaldo de Bertrand, quien, dos años después de la lamentable pérdida del presidente Manuel Bonilla, apoyó fervientemente la conclusión de la construcción del teatro.

Teatro Nacional Manuel Bonilla

 

En 1905, un grupo distinguido de intelectuales de la capital, entre los cuales figuraban Rómulo Ernesto Durón, Luis Landa Escober, Froylán Turcios, Esteban Guardiola y Augusto C. Coello, se unieron para celebrar los trescientos años de la obra magistral "Don Quijote de la Mancha" de Miguel de Cervantes. Su visión se plasmó en una solicitud al presidente de Honduras, Manuel Bonilla, para erigir un teatro nacional en honor al ilustre escritor español.

Esta petición conllevó la emisión de un decreto para la construcción de un majestuoso recinto que llevaría el nombre de "Teatro Cervantes". Más que un simple teatro, se proyectaba como un coliseo donde los habitantes de la capital pudieran disfrutar de teatro, ópera, zarzuela y danza al estilo europeo. El decreto fue promulgado el 4 de abril de 1905, y desde ese mismo año dio inicio la construcción. Tras diez años de arduo trabajo, el teatro emergió como un modelo único en Centroamérica.

Diseño

El Teatro Nacional Manuel Bonilla, ubicado estratégicamente en el corazón histórico de Tegucigalpa, es un compendio de elegancia y funcionalidad, compuesto por una variedad de espacios que incluyen platea, palcos, galería, foyer, vestíbulo, cafetería y guardarropa. Este magnífico edificio, situado en las proximidades del Museo Nacional de Villa Roy, es un testimonio vivo del esplendor arquitectónico hondureño.

Su fachada exterior, revestida con la característica piedra rosada conocida como "cantera", presenta un diseño de inspiración renacentista. En el interior, los salones están adornados con motivos que reflejan los paisajes emblemáticos de Honduras, mientras que los palcos exhiben medallones laterales que añaden un toque de distinción. Durante su primera restauración, realizada en 1930, se llevaron a cabo modificaciones en las columnas originales.

teatro manuel bonilla

La majestuosidad del teatro se ve realzada por la presencia de 18 imponentes lámparas de pie y 14 elegantes faroles distribuidos a lo largo del pasamanos. Desde el techo de lámina repujada cuelgan cinco exquisitas arañas decorativas, mientras que las lámparas de cristal de Murano añaden un toque de refinamiento a la sala principal.

Inicialmente, el teatro contaba con un enorme mural que representaba la alegoría del descubrimiento de América, ubicado sobre la boca del escenario. Lamentablemente, en un acto de vandalismo contra el arte, este mural fue cubierto con una capa de pintura, haciendo que desapareciera para siempre.

Famosos teatristas hondureños

Además de ser un destacado prócer de la independencia, José Trinidad Reyes dejó un legado significativo como escritor, especialmente a través de sus numerosas obras teatrales.

Entre sus contribuciones más notables se encuentran las Pastorelas, piezas que aprovecharon la profunda religiosidad del pueblo hondureño, sentando así las bases para el teatro moderno en la región.

En la década de los 80, figuras como Rafael Murillo Selva y Tito Estrada alcanzaron la fama en el ámbito teatral hondureño. Junto con otros jóvenes talentosos, estos artistas marcaron el comienzo de una nueva era en las artes escénicas del país, buscando el reconocimiento y la valoración del teatro en Honduras.

Desde la década de los 90, el Ministerio de Relaciones Exteriores ha llevado a cabo el Festival de Teatro Morazánico, una iniciativa que promueve y presenta la diversidad y riqueza del teatro hondureño a nivel nacional e internacional.

Algunas de las obras más destacadas de la dramaturgia hondureña incluyen "Los diezmos de Olancho" de Daniel Medardo Mejía, "La Mujer Mala" de Ramón Amaya Amador (1959), "Timoteo se divierte" de Daniel Laínez (1946), "Manicomio" también de Daniel Laínez, "Cleopatra" de Johel Perla (2009), "Cuatro letras" de Mario Jaén, "Sopita de amor" de Tito Estrada, "Manicomio" de Isidro España, y "Siete muecas" (1984) de Candelario Reyes, entre otras obras notables como "En el jardín" de Luis Joel Rivera (2008).

Restauraciones

El Teatro Nacional Manuel Bonilla ha sido objeto de cuidado y restauración en cuatro ocasiones a lo largo de su historia. La más reciente de estas restauraciones implicó una inversión considerable de 2.350.000 lempiras, destinada a mantener el teatro en óptimas condiciones. Durante la celebración de su reapertura, las calles y la Plaza Francisco Morazán se vieron embellecidas por la presencia de varios grupos de teatro nacionales, mientras que en el interior del teatro, diversos grupos teatrales, bandas musicales y pintores se unieron para conmemorar este importante evento.

Entre las destacadas presentaciones realizadas en el Teatro Nacional Manuel Bonilla se incluye la puesta en escena conjunta de la compañía hondureña Grupo Teatral Bambú y la Cooperación Cultural Española en Honduras.

A lo largo de los años, el teatro ha sido escenario de más de 15,000 presentaciones musicales, teatrales y de ópera. Estas presentaciones se llevan a cabo diariamente, con múltiples funciones durante el día y la noche, lo que demuestra la vitalidad y la importancia continua de este espacio cultural en la vida artística de Honduras. Además de estas actuaciones regulares, el Teatro Nacional Manuel Bonilla también alberga una variedad de eventos especiales a lo largo del año, enriqueciendo aún más la experiencia cultural ofrecida por este emblemático teatro.

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Kilo tapias peralta Escobar

Soy el fundador de Corporación KRONOZ, divulgador de ciencia, amante de la naturaleza, y fiel creyente del error y superación del ser humano, “El tiempo es solo una mera ilusión, el pasado, el presente y el futuro, existen simultáneamente, como parte de un rompecabezas, sin principio ni final”.

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