Cerro de los Hoyos en Yamaranguila

Situado en la localidad de Los Olivos, perteneciente al municipio de Yamaranguila, se encuentra a solo seis kilómetros de La Esperanza. En este denso y fresco bosque de niebla, se observan varios pozos casi completamente cilíndricos que perforan el suelo hasta profundidades de hasta veinte metros.

 

Introducción

Se han formulado muchas hipótesis y especulaciones acerca de estos agujeros, sin que haya certeza sobre cuándo o por qué se formaron. Algunas teorías sugieren un origen extraterrestre para estas misteriosas formaciones, dado que no existen estudios que confirmen su procedencia o respalden cualquier conjetura. De manera interesante, en toda la extensión del cerro se pueden encontrar numerosos fragmentos de obsidiana en la superficie, lo que ha llevado a una de las teorías más populares que sugiere que podrían haber sido minas de obsidiana.

El Cerro Los Hoyos se ha convertido en un misterio fascinante que ha capturado el interés de los arqueólogos. Aunque aún no se ha llegado a una conclusión definitiva sobre la presencia de estos agujeros en la zona, existen teorías que podrían desmitificar las creencias locales acerca de ellos.

"Este lugar está lleno de misterios. Los habitantes locales tienen sus propias creencias y han tejido numerosas leyendas al respecto. Se han compartido diversas historias, incluso algunas sugieren que estos agujeros fueron creados por seres extraterrestres, entre otras teorías, lo que genera gran interés tanto entre los residentes como entre los visitantes", señaló Melvin Méndez, nuestro guía turístico.

Un sitio sorpréndete

Uno de los encantos de este lugar es la exuberante vegetación del bosque nublado, destacando la presencia de calofilos y una profusión de helechos. El sitio se encuentra próximo al cerro El Cedral, que se eleva como el punto más alto de la zona a 2,045 metros sobre el nivel del mar.

Para acceder al Cerro Los Hoyos desde La Esperanza, se puede realizar una caminata que lleva aproximadamente una hora y media, dado que la mayoría del camino es en ascenso. El trayecto sigue el camino hacia el Valle de Azacualpa a través de Quiaterique.

Para organizar visitas guiadas por esta área, es posible contactar a la Asociación Intibucana de Guías Turísticos. El Cerro Los Hoyos está envuelto por un bosque húmedo que alberga una diversidad de vegetación, haciendo que la experiencia para los visitantes sea emocionante y desafiante.

Los agujeros en este sitio son casi perfectamente cilíndricos y se distribuyen de manera aleatoria en el terreno, alcanzando profundidades de 25 a 30 metros.

Además, el cerro alberga una mina de obsidiana, una piedra preciosa de origen volcánico con un distintivo color gris traslúcido. ¡Realmente impresionante!

Antecedentes

Hemos podido observar que toda la región está cubierta por una extensa capa de obsidiana. Para aquellos que no están familiarizados con este material, la obsidiana es una piedra semi-preciosa de origen volcánico con un tono gris oscuro traslúcido y una notable propiedad afilada. Las capas de esta piedra se pueden apreciar en la superficie del suelo en todo el lugar, dando la impresión inicial de haberse roto un recipiente de alguna bebida.

Este descubrimiento fue uno de los principales hallazgos que la comunidad científica identificó al visitar el lugar. Se concluyó que la formación de los grandes agujeros se debe a antiguos respiraderos volcánicos en el cerro. Otra teoría que nuestro guía compartió es que los lencas de la época extraían obsidiana para comerciar con los Mayas. Estos comerciantes establecían rutas hasta Copán, donde se cree que llevaban a cabo intercambios mutuamente beneficiosos.

Es importante destacar que con la llegada de los españoles en 1502, la obsidiana local se utilizó para fabricar armas para los indígenas del área. Se elaboraron numerosas puntas de flecha y cuchillos para enfrentar a los conquistadores españoles. Actualmente, se está llevando a cabo un proyecto para trabajar la obsidiana con artesanos de Intibucá. El objetivo es extraer, procesar y transformar esta piedra en aretes, collares y anillos, aprovechando al máximo este recurso y permitiendo a los habitantes locales desarrollar sus proyectos.

El área donde se ubican los famosos agujeros es de propiedad privada, pero sus propietarios han abierto las puertas a todos aquellos interesados en conocer más sobre estos enigmáticos huecos. No se cobra entrada alguna; sin embargo, se solicita a los visitantes ser respetuosos con el entorno, evitando dejar basura y teniendo precaución al caminar debido a la presencia de varios agujeros.