¿Qué es el patrimonio en la contabilidad?

En el ámbito legal, se define el patrimonio como el conjunto de relaciones jurídicas de una persona que poseen un valor económico y, por ende, pueden evaluarse en términos monetarios. Estas relaciones están compuestas por deberes y derechos (activos y pasivos). Según este enfoque, al determinar el valor de un bien patrimonial, se deducirá el valor de las obligaciones que lo afecten. Por otro lado, desde la perspectiva registral, el patrimonio se refiere a los bienes inmuebles que forman parte del patrimonio familiar y que se transmiten de una generación a otra.

 

Introducción

Cuando se habla en términos generales, menos precisos, de "lo heredado" en relación a personas reales, se hace referencia a los bienes y derechos a los que los individuos acceden como miembros de una comunidad. Por ejemplo, se utiliza comúnmente el término "patrimonio" para describir la herencia que se recibe como parte de una familia. Sin embargo, también existen "patrimonios" a los que las personas tienen acceso como miembros de comunidades más amplias, como los patrimonios regionales y nacionales.

Estos pueden incluir el patrimonio industrial, el Patrimonio Nacional, el patrimonio histórico de cada país o cultura, entre otros (consulte la página de desambiguación correspondiente: patrimonio histórico). Además, existen los llamados patrimonios culturales (como el Patrimonio Cultural Inmaterial o el patrimonio arquitectónico) e incluso el patrimonio de la humanidad.

En tiempos antiguos, el concepto de patrimonio carecía del valor formal o estético al que estamos familiarizados actualmente. En cambio, se distinguía por su singularidad y excentricidad. Estos objetos se obtenían a través de viajes, intercambios y, en ocasiones, como botines de expediciones o guerras. Su posesión se consideraba más una adquisición valiosa debido a su potencial para enriquecer el conocimiento, en lugar de su estética o belleza, que eran consideraciones secundarias.

Sin embargo, todo esto cambió durante el período helenístico, cuando los poseedores de botines comenzaron a replantearse cómo almacenarlos. A partir de entonces, los objetos se conservaron y valoraron en función de su mérito artístico. Este cambio de enfoque, priorizando el valor artístico sobre los criterios económicos, llevó a la transformación de estas posesiones en colecciones cuidadosamente seleccionadas y organizadas.

Origen y evolución del término

La palabra "patrimonio" deriva del latín "patri" (padre) y "monium" (recibido), lo que significa "lo recibido por línea paterna".

El concepto de patrimonio se remonta al derecho romano temprano durante la República romana. En ese periodo, el patrimonio se refería a la propiedad familiar y heredable de los patricios (de "pater", padre), que se transmitía de generación en generación y a la cual todos los miembros de una gens o familia amplia tenían derecho.

Aunque el dominio sobre esa propiedad no era de un individuo en particular, sino de la familia en su conjunto a lo largo de las generaciones, se entendía que estaba bajo el control y administración del "pater familias". Este tenía la libertad de disponer de los bienes, pero también la obligación de preservarlos y aumentarlos en la medida de lo posible.

En palabras de Guillermo Borda, "el pater familiae presidía una comunidad formada por su esposa, hijos, parientes y esclavos. Tenía poder sobre la vida y la muerte de todos... Era el propietario de todos los bienes familiares y disponía libremente de ellos, sin importar quién los hubiera adquirido con su trabajo".

Por ejemplo, Procopio de Cesarea escribió alrededor del 540 d.C.: "Mientras todo esto ocurría como he explicado, Teodato fue acusado ante Amalasunta por muchos tuscanos, quienes afirmaron que había ejercido violencia sobre todos los habitantes de esa región, apropiándose injustamente de sus propiedades, tomando no solo las de propiedad privada, sino especialmente aquellas que pertenecían a la familia real, lo que los romanos están acostumbrados a llamar 'patrimonio'".

Este sentido doble y algo confuso del término se mantuvo en la tradición legal hasta aproximadamente la promulgación del Código Napoleónico. Aunque el código mismo aborda el concepto de manera superficial, es desde la perspectiva fuertemente influenciada por la visión liberal que el término adquirió su connotación de propiedad individual. Esta "ruptura" con la concepción tradicional del patrimonio fue tan significativa que algunas autoridades consideran que el origen del concepto se encuentra en ese momento.

Dado que las disciplinas sociales modernas tienden a considerar el patrimonio como un conjunto de derechos, la "teoría del patrimonio" tiende a referirse más a los derechos que a las cosas. Por lo tanto, el patrimonio se define como "el conjunto de derechos y obligaciones de una persona jurídica".

Teoría del patrimonio

La teoría del patrimonio tiene su origen en la obra de Aubry y Rau de 1873. Según su definición, el patrimonio es "el conjunto de relaciones jurídicas valorables en dinero, que son los activos o pasivos de una misma persona, y que se considera una universalidad jurídica".

Esta definición implica varias cosas. En primer lugar, cada persona tiene un patrimonio, que es una característica o atributo universal de las personas, y este patrimonio es individual, único e indivisible. Esto significa que el patrimonio en sí mismo es diferente de lo que lo constituye, es decir, es como una bolsa que contiene derechos de propiedad y otros elementos.

Además, no todos los derechos o bienes de una persona son considerados patrimoniales, solo aquellos que pueden evaluarse monetariamente. Por último, la mayoría de las autoridades que adoptan esta posición entienden los derechos desde un punto de vista subjetivo.

Según la teoría del patrimonio, el patrimonio es independiente de los bienes que una persona posea. Incluso si una persona no tiene ningún bien, todavía tiene un patrimonio. Es decir, el patrimonio es una capacidad de posesión, y esto incluye también derechos de propiedad futuros.

Los bienes de una persona conforman un todo unitario que responde por las obligaciones contraídas por esa persona. Cuando una persona se obliga, está obligando a la totalidad de sus bienes. Un ejemplo práctico de esta definición de patrimonio es el caso de los acreedores quirografarios. Desde este punto de vista, se considera que el acreedor quirografario tiene un derecho personal sobre el patrimonio del deudor, pero no sobre los bienes específicos. El deudor puede vender todos sus bienes y reemplazarlos por otros completamente diferentes, y el acreedor no puede hacer nada para evitarlo.

Sin embargo, sin importar cuáles sean esos bienes, el acreedor sigue manteniendo su derecho sobre el patrimonio. Por lo tanto, el acreedor quirografario tiene un derecho personal sobre el patrimonio del deudor, pero no puede disponer directamente de sus bienes (a menos que exista un acto simulado con la intención de perjudicar al acreedor).